on the road, still






Yo quería amor, sinceramente, que la vida fuera para nosotros calles limpias de arquitectura hermosa, sin ángulos rectos, ni ventanas angostas. Trayectos libres de semáforos en rojo brillante. Pero esos caminos nos resultan cada vez más esquivos y, cariño, todavía nos quedan, horas de viaje, por parajes lluviosos, donde lo más cercano al afecto es una botella sucia de coca cola sobre la mesa de un restaurante barato. Y mi mano, si todavía quieres tomarla.

Comentarios

Entradas populares