clochard
Mujer que corres sin revelar al mundo tu destino, te veo pasar por la calle y cuando pasas frente a mí, toda tú te ruborizas encerrada en el gris uniforme de una agencia bancaria, que a pesar de lo ajustado, no esconde los efectos de la gravedad sobre tus senos, ni los brincos que dan éstos, adecuados al compás de tus pasos ligeros. Transitas, abres brecha e igual sorteas peatones en la acera, autos en la calle o las lustrosas motocicletas del buen reparto a domicilio, para seguir puntual con tu camino, abordando un bus del servicio urbano repleto de desconocidos, muchos de los cuales te faltarán el respeto pensando en ti desnuda o tratando de tocar impunes tu cuerpo. Huyes, toda tú avergonzada, mientras que a mí sólo me queda confesar que ese día estaba, como dijo el señor policía que me detuvo una vez por borracho, falto de cariño de mujer, aunque me dé vergüenza decirlo.
*foto: veinte minutos
Comentarios
Lo que te comenté antes de poner imágenes mientras se te lee te lo vuelvo a repetir y no me canso... Exquisito me resultó leer esto aunque tengo que decir que me resisto a creer que todo lo que dijiste sea cierto...no sé.
muy buen escrito!
estar falto del "cariño de mujer" era mi condición pretérita. Ya no. Pero recuerdo cómo era. Y le escribo a mi antiguo y dramático yo, el de hace años. Como para tranquilizarlo, nada más.
anamorgana
Nos leemos
estoy constantemente leyendo tu blog, ruy
yo también me alegro anamorgana, no sabes cuánto
vamos, tú también estás inspirada, cecilia
johan, es el segundo anuncio que posteas aquí de tu blog, que por cierto ya visité.
Me encantó pasar hoy por aquí...
Un gran abrazo.
me llamo julio roberto, mucho gusto buttercup. un abrazo también
y que de verguenza no hay nada. Más verguenza habria en pasar la vida afirmando que jamas al menos por una vez, coqueteamos con lo prohibido, no crees?.
Bueno vos, me detuve, leí...me gustó, solo eso queria decir.