selva
La casa de un asalariado los últimos días del mes, es mucho más salvaje y peligrosa que la misma amazonia. Si uno tiene hambre debe procurar su sustento. Y con hambre cualquier cosa es alimento. El calendario marca treinta y mi saldo de cuenta cero. Voy hacia la cocina y abro el refrigerador. Lo único que permanece es una cebolla. Y sus hongos. Por aquí, lo que se deja a su suerte, es siempre de los hongos. Y del musgo. Como el auto abandonado que una vez encontré en la carretera. Cierro el frigorífico. Examino el área. Las alacenas. Al abrirlas, me topo con la monstruosa abstracción de la nada: el vacío. Dos latas están allí olvidadas. La fecha de caducidad es, para el pobre, una simple anécdota circunstancial. Códigos incomprensibles. Las destapo a cuchilladas. Ahora, el derrumbe es inminente. Los melocotones en almíbar están podridos. Las prioridades son enlistadas. Agua potable, luz eléctrica, telefonía fija, vicios. Eliminación al azar. No los vicios. Enciendo
Comentarios
Lo que no te mata te hace mas fuerte :)
Besos
anamorgana
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"Hasta la victoria Siempre"
Un cordial saludo
Paco
Pero asiento a tu pregunta y te lo confirmo con un movimiento leve de cabeza.
Las velas SI son románticas.
¿Qué sería de nosotros sin su calor?
Un saludo
ISIDRO
Y con hambre cualquier cosa es alimento...y entre menos tenemos menos necesitamos, y cuando más tenemos más anhelamos...
Saludos
saty
Saludos,
RF
La pobreza es siempre una línea que esconde una columna, la columna de un templo que no se ve, sino cuando se desmenuza esa línea.
Un saludo.
Me mate de la risa con eso de las cebollas por que es tan típico que pase, y en mi casa sumado los tomates.
Abrazotes para vos colega