intermitente llovizna
Sin más remedio, afuera llueve, todos los días, llovizna, intermitente, necia la tormenta, muertos quiere la lluvia, llevárselos en derrumbes, casas de lámina, orillas de barranco son bocas que comen gente, la más pobre, la más famélica, la más reggeatonera. Cinco niños murieron soterrados, recién hace unos días, llora su madre, sus lágrimas también empapan el suelo lodoso; intermitente y ajena, la lluvia asesina, lava la sangre de las calles de esta fiesta que es Guatemala, 22 muertos hace dos fines de semana, uno por uno, recogen los cadáveres, las autoridades, los entierran, asesinados algunos, con arma de fuego. Los sicarios mientras, siguen sueltos, se fuman un cigarro, leen los diarios, miran los obituarios escritos en parte por ellos, y sobre todos nosotros, majestuosa, cae la lluvia, se lava la sangre, no los recuerdos, mientras yo escribo, para lavarme a puño limpio, contra la piedra filosa, lo que me queda como conciencia.
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