a ellos les gusta la gasolina


Dos hombres en función de no serlo, dos animales, dan risa y rabia a la gente. La gente vitorea, la gente aplaude, la gente grita, los niños saltan y corren, gritan por las calles, llaman a sus amigos, dos hombres pelean, uno con ganas de vivir, otro con ganas de no morirse, los dos con los puños limpios, las señoras comentan. Es el dos de agosto en Chimaltenango y en uno de sus pueblos, San Martín Jilotepeque, hay una tremenda fiesta: "tres hombres interceptaron al concejal, Armando Velásquez, cuando este salía de su casa a bordo de su vehículo. Los delincuentes le obligaron a pasar al asiento trasero y se lo llevaron en su propio carro. “Él escuchó que lo iban a matar y decidió atacar al conductor. El vehículo se encunetó y fue cuando la población se dio cuenta que lo llevaban secuestrado. Aunque escaparon dos maleantes, uno fue capturado por vecinos”...Este fue identificado como Edwin Leonel Chonay. Después, fue llevado frente al edificio de la municipalidad. Cuando discutían qué hacer con Chonay, pasó por el lugar un hombre a quien acusaban de estafar a varios de los lugareños. El jefe de la Policía Municipal de ese municipio, Feliciano Culajay, dijo que los pobladores también golpearon al transeúnte. “Hicieron que se pelearan, aunque ya estaban bien golpeados. Uno de ellos (Chonay) se subió sobre el otro y le puso las manos en el cuello, después le echó gasolina y alguien le alcanzó un encendedor y le prendió fuego”. El agente policíaco José Esquivel dijo que los pobladores le pedían que lo dejaran ir (a Chonay) porque había “ganado”; sin embargo, fue detenido."
Dos hombres en función de no serlo, la gente grita, mientras uno se incinera, el otro, con el encendedor en la mano, piensa que el también está muerto.
(Con información de Luis Ángel Sas elPeriódico, 16 ago 07)

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