Ludwing Van Bethoveen. De rockstar! (catafixia:2010)
Para Facundo
conozco tipos inocentes
miles de ellos
como el padre de Marga
la niña de seis años
que conocí una madrugada
en la sala de emergencias
de un hospital público
acostada en una camilla
respirando por un tubo,
partida en dos por una herida
que comenzaba desde su vagina
y terminaba con su ombligo
la luz blanca y violeta alumbrándola
me recordó una señal de tránsito
que me la enseñó así de violada
inocentes,
como los tres señores
que raptaron a mi tía Juana,
haciéndola morder la tierra
tras unos matorrales
crecidos a la orilla
de una carretera polvorienta
mientras ella suplicaba piedad y sentía asco
del calor de sus miembros
de lo ardiente de sus fluidos
inocentes como mi padre
que ha podido ignorarme
durante treinta años
pensando ingenuamente
que así dejaré de ser
o tal vez que de esa manera
me convertiré de nuevo en esperma
que lanzará ya más cuerdo
a la taza de un inodoro.
Tristes del mundo:
pueden hacer lo que sea
el horror los ampara
siento su aliento sobre mi nuca
he escuchado sus amenazas
me arrullan en las noches
con sus descargas
sigan devorando
sacien sus ganas
sin embargo,
sepan,
finitos cobardes,
que hagan lo que hagan
la belleza no se acaba.
la belleza no se acaba
la belleza no se acaba.
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