La joya. Capítulo segundo.

La razón de esta audiencia, señor Jonathan Esaú Canales Campos, es porque usted el día nueve de octubre del dos mil diez, aproximadamente a las seis horas con treinta minutos, fue detenido en el interior de su residencia ubicada en la séptima calle nueve guión treinta y cinco, colonia la Joya, lugar donde también se localizó una bolsa de plástico negra la cual contenía una mano izquierda posiblemente perteneciente a  una persona de sexo masculino, dos glóbulos oculares y una oreja. Asimismo, también se le encontraron una pistola marca Glock sin licencia, modelo 17, varios cartuchos útiles para Fusil AK 47 y una granada de fragmentación útil. También fueron encontrados dos cuchillos de carnicero en la misma habitación con fluidos y cabellos. Hechos que a juicio del Ministerio Público, constituyen los delitos de: Asesinato, contenido en el artículo 132 inciso sexto, el cual habla acerca de la perversidad con que ha sido cometido el crimen; Tenencia ilegal de armas de fuego bélicas o de uso exclusivo del Ejercito de Guatemala o de las fuerzas de seguridad y orden público del Estado, explosivos, armas químicas, biológicas, atómicas, trampas bélicas y armas experimentales, contenido en el artículo 112 de la Ley de Armas y Municiones; el delito de Tenencia ilegal de municiones, contenido en el artículo 114 de esa misma ley y el delito de Portación ilegal de armas de fuego de uso civil y/o deportivas, contenido en el artículo 123 de esa misma ley. Para ello se cuentan con los siguientes elementos de convicción...
Enumeré la lista de pruebas. El tipo me miraba, sentando en la mesa de enfrente, junto a su abogado defensor. Engrilletado, no podía más que intimidarme con la mirada. O al menos intentarlo. Yo seguía leyendo la lista de cosas: informes del médico forense, testigos, etcétera. Seguía viéndome. No llegó a darme demasiado miedo: era él quien debía sentirlo. Hoy mismo estaría en una celda, rogándole a Dios que le concediera el milagro de no ser violado por sus compañeros de cárcel. Pero hay demasiados presos pidiendo lo mismo, muñeco y Dios mantiene la línea ocupada. 
El abogado defensor no pudo decir mucho. El Juez la tenía fácil. Mandó al Yoni a prisión y me dio dos meses para investigar. Me jodió. Era muy poco tiempo. Ya inventaría algo. Tomé mis cosas y busqué al piloto de la oficina. Al salir del sótano de Tribunales, donde están los juzgados de turno, encontré el cuadro de siempre: el olor a cebolla de los puestos de tacos, las señoras esperando con ansias. La camioneta de la Unidad se acercó a mí y subí. El piloto dio vuelta mirando por el espejo retrovisor que nadie nos siguiera. Avanzamos y encendí la radio. Las noticias eran las mismas: un tráfico de mierda por todas partes. Hablaron sobre mi detención, que había sido por la mañana. También dijeron que esa noche, los bomberos habían sido alertados sobre otra bolsa con restos humanos que había sido abandonada al lado de una iglesia en el sur de la ciudad. 
Mi teléfono sonó. Era el Sapo, mi colega. Luego de un breve saludo, el Sapo fue al grano: "Malacara, encontraron otra bolsa con restos y el forense ya sabe quién es el mutilado. Te vas a cagar" No jodás Sapo pizado, decíme quién putas es. Me dijo el nombre. Efectivamente un asombro me sobrevino.  Enorme, como una roca. Gigante como el culo de un dios griego. La mano, la oreja y los ojos, eran del Pastor Harry López. Del candidato Harry López. Del millonario Harry López. Del jefe del escuadrón de la muerte, según las malas lenguas, Harry López. Otra llamada entró a mi celular. Era mi jefe. Contesté. Eran una infinidad de órdenes. La primera era llegar a la morgue y reunirnos ahí. El piloto aceleró. Recordé los glóbulos oculares al momento de sacarlos de la bolsa.
Harry López; ya tenía un rostro para completar el horror de aquella mirada permanentemente abierta. 

Comentarios

la-filistea ha dicho que…
Esto se esta poniendo buenisimo! La Joya de la zona 18 por casualidad o es pura coincidencia en tu cuento negro Julio?

Saludos

p.s waiting . . .
Prado ha dicho que…
Atinaste. Es ahí. Saludos y un enorme abrazo. Filistea!
Miss Trudy ha dicho que…
Me encantó esta frase: "Pero hay demasiados presos pidiendo lo mismo, muñeco y Dios mantiene la línea ocupada." Que interesante se está poniendo esta saga Prado. Ya me "engazaste," como dicen mis sobrinos roqueros. Y moteros.
Prado ha dicho que…
Ja! ya me cayeron bien tus sobrinos, Trudy. Salud.
La Guera Rodríguez ha dicho que…
Hola Julio!
caray, que sádico, los ojoooos?...
acá creeras que ya se está volviendo común los decapitados?
Esto está interesante, espero lo que sigue...

Abrazos!

Diana
LESTER OLIVEROS ha dicho que…
Perfecto. Muy bueno mano, te jodiste porque ahora o terminas el cuento o te voy a chingar a que me contes el final una tarde en el bar central...jajaja. Salute!
Diego :-P ha dicho que…
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!:
Es lo único que puedo decir, Julio. Los relatos del género policíaco son de mis favoritos, y jamás había leído uno de esta forma, esperando la continuación en medio de días de zozobra. Sos sádico no sólo con la descripción del contenido de la bolsa, sino también por la expectación en la cual nos tenés a todos tus lectores... Continuá, o yo voy a ser el que termine como pedazos en una bolsa negra.

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