Mol
El agua cayendo continuamente, brotando de una pared. Saliendo como una cascada fría que alimenta una pileta de mediano tamaño, llena de vegetación intensamente verde. Cualquiera situaría este paisaje en lo más profundo del trópico. Sin embargo, se trata de un mall. Al lado de la cascada, varias mesas apostadas con sombrillas blancas, terminan por darle un aire de bohemio al sitio. Temino el café y el sandwich que pedí.
A dos mesas más cerca del agua, una mujer insoportablemente hermosa, también bebe de una minúscula taza. Tiene el pelo negro, rizado sólo en las puntas que caen suavemente sobre sus hombros, cubiertos por una blusa con un escote. Un escote que muestra. Sos ojos no son grandes ni pequeños, sino justo del tamaño perfecto para armonizar con su delicada nariz y su boca magnética. La veo insistentemente. Ella responde a mi mirada, supongo que por mi insistencia. Pienso en mis amantes más breves. Pienso en lo breve. En la larga historia de derrotas que llevo a cuestas. Se supone que he aprendido algo. Se supone que debo aprender algo. Saber qué quiero.
No sé que quiero.
Sólo sé qué es lo que no quiero. No quiero una larga lista de nombres en mi cama, no quiero peleas por el cepillo de dientes, no quiero pensar si me engañan o no me engañan. No quiero tener qué explicar por qué paso tiempo escribiendo en esta laptop que a penas sirve. No quiero pedir permiso para ser yo. No quiero dejar de ser yo. No quiero dormir con alguien y sentir que comparto mi cama con el refrigerador.
Esta es una lista que escribo en una servilleta con la misma pluma con la que pongo mis datos en la cuenta del café. Luego, saco los fósforos de mi bolsillo. No voy a encenderme un cigarro. El gobierno me lo ha prohibido. No señor. Le prendo fuego a mi lista y la dejo quemarse en el plato. Luego, me levanto y me dirijo hacia la mesa de la mujer que me ve, con sus ojos negros y profundos, quizá igual de nerviosos que los míos. Y cuando lo hago, veo con toda felicidad, cómo coloca suavemente su taza sobre la mesa, pone sus dos manos sobre sus piernas y escucha atentamente lo que tengo que decirle.
imagen: Woman Smelling Coffee (KAHVE KOKLAYAN KADIN) Gizem Saka
A dos mesas más cerca del agua, una mujer insoportablemente hermosa, también bebe de una minúscula taza. Tiene el pelo negro, rizado sólo en las puntas que caen suavemente sobre sus hombros, cubiertos por una blusa con un escote. Un escote que muestra. Sos ojos no son grandes ni pequeños, sino justo del tamaño perfecto para armonizar con su delicada nariz y su boca magnética. La veo insistentemente. Ella responde a mi mirada, supongo que por mi insistencia. Pienso en mis amantes más breves. Pienso en lo breve. En la larga historia de derrotas que llevo a cuestas. Se supone que he aprendido algo. Se supone que debo aprender algo. Saber qué quiero.
No sé que quiero.
Sólo sé qué es lo que no quiero. No quiero una larga lista de nombres en mi cama, no quiero peleas por el cepillo de dientes, no quiero pensar si me engañan o no me engañan. No quiero tener qué explicar por qué paso tiempo escribiendo en esta laptop que a penas sirve. No quiero pedir permiso para ser yo. No quiero dejar de ser yo. No quiero dormir con alguien y sentir que comparto mi cama con el refrigerador.
Esta es una lista que escribo en una servilleta con la misma pluma con la que pongo mis datos en la cuenta del café. Luego, saco los fósforos de mi bolsillo. No voy a encenderme un cigarro. El gobierno me lo ha prohibido. No señor. Le prendo fuego a mi lista y la dejo quemarse en el plato. Luego, me levanto y me dirijo hacia la mesa de la mujer que me ve, con sus ojos negros y profundos, quizá igual de nerviosos que los míos. Y cuando lo hago, veo con toda felicidad, cómo coloca suavemente su taza sobre la mesa, pone sus dos manos sobre sus piernas y escucha atentamente lo que tengo que decirle.
imagen: Woman Smelling Coffee (KAHVE KOKLAYAN KADIN) Gizem Saka
Comentarios
Un beso.
te llevo, LM
Salud.
y vas a contar la segunda parte?
yo soy una porquería para ir a hablarle a alguien que me gusta....
A mí la verdad me cuesta creer en esa "larga lista" de fracasos tuyos.
¿No será una treta?
Saludos, querido.Cuenta lo demás,sí?
besosdulces*
Los listados en mi opinión, no sirven Aviador, por que cuando uno está enamorado suelen valer madres al final, ¿o no?. Por ello creo que lo mejor es buscar y aceptar una verdad, la verdad que comprende un ser humano en su totalidad. Eso busque.
Ahora con esta chica, me alegro que haya sido un tipo decidido. A las mujeres nos gustan los hombres que saben lo que quieren, que pierden el miedo. Felicítole!. Y al igual que todas, espero la segunda parte :)
abrazotes
Y me sonrojé por eso que dijiste de mi gusto musical.
Un beso.
miento, el vodka es con alcohol]
podriamos sentarnos entonces a hablar con té y unas pastas secas, siempre he querido discutir la textura de las nubes*
hay noches que se escapan de mis curiosidades, tal vez desde la copa de un arbol podamos discutir las nubes, si las constelaciones nos regalan algo de complicidad*
Me pasó así a mi una vez también, me enamoré del chico malo y no del hombre... uy, cómo dolió!.
Ánimo Aviador.
Miles de abrazos.
Alfonso: gracias, coincido. Negarse es lo más triste que puede haber. Nunca más.
Espérame en Siberia: Yo de los tuyos? soy tuyo? vaya, vaya.
Anónima LM: tienden a confundirse ambas cosas. Un abrazo.
Aguafiestas: Es un buen comienzo, claro, pero a dónde nos lleva?
Miss Penny Lane: puede ser, qué se yo. Si hay material, lo cuento y si no me lo invento.
More: caríssima More, con la mano derecha alzada júrole, la vista puesta en el cielo, que fracasos para mí han habido y varios. Por pudor niégome a nombrarlas. Por honor, niégome a recordarlas. Besos.
Nancy: derrítase el azúcar, no se derrita.
Maalexandra: tienes una capacidad telepática? practicas la brujería, hechicería, santería? tienes parientes rusos? joder. Esa línea es.
Prosódica: rescato lo de las listas, niégoles la existencia. Ergo, quemé la que en mala hora hice. Levántome a platicar con la mujer. Aviéntome, cual aviador. Mándole besos.
Dilema: el texto o la mujer? confúndome.
Deséoles madrugadas placenteras, llenas de acogedores sueños en almohadas perfumadas. O simplemente tener ganas de oír el despertador mañana.
ADEUS.
No es muy alentador lo que voy a decirte pero te llevo algo más de una década de edad y tampoco sé lo que quiero. Algo más claro lo que no quiero que en buena medida coincide con lo tuyo.
Es más, me gustan las personas que no tienen todo muy claro y que están preparados para asumir lo que el azar o el esfuerzo les lleve de derrota o de grandeza.
Ciao.
Bromas, vine a dejarle un premio a tus letras y un apapacho. Ah, el premio está en mi blog
http://historiascitadinas.blogspot.com/
Un besote :]
de mi lado del sofá vemos todo diferente, tal vez sean las estrías*
tengo demasiados lunares]
besosdulces*
Muchos cariñitos.
Me refería a que somos iguales, pero claro que no eres mío. No nos confundamos jajajajaja.
Te dejo un beso aunque tus dos latidos me supieron a despedida.
Cosas que pasan, ¿no?
Muá :]
Me tomé la libertad de ponerte en mi lista de blogs XD
Saludos!