destino
He puesto uno de esos discos en el reproductor. De los que oyen los borrachos cuando se les parte el corazón. Literalmente. Elliott Smith se apuñaló exactamente en ese sitio, cuando decidió matarse. Lo hizo después de grabar estas canciones que de por sí, eran el vaticinio de su rendición. Liarte con el dolor puede conducirte hacia una perspectiva distinta de las cosas. En mi caso, me predispone a una estética fluida. Es cuando te alejas de los objetos cuando los aprecias en su justa dimensión. Voy en el auto, por cierto. En el espejo retrovisor a lo lejos se distinguen las luces que por las noches alumbran Guatemala, ciudad. A veces me da por manejar en la noche. Sin un rumbo predestinado. Vengo de la nada y voy hacia allí . Sólo soy un detalle más de este paisaje, y si te descuidas, puedo consumirte conmigo. Echar raíces, me entiendes. Pero no es ese el motivo de este viaje. Es sólo tomar el volante y conducir. Oyendo discos que me hagan sentir miserable. Hasta que no vea más luces, hasta que no conozca exactamente dónde estoy. Hasta que mi suerte dependa de los ladrones y asesinos, menos citadinos, de carretera. Esos escondidos entre la espesa vegetación que inunda este país, plagado de tropical fools. Tontos como éste que conduce sin destino. Una vez conduje hasta México. Dejé el auto tirado en Tapachula y luego tomé un bus hacia el Distrito Federal. Cuando estaba en la habitación del único hotel disponible a las cuatro de la mañana, traté de recordar de qué estaba huyendo. Y no lo sabía. Me asomé a la ventana y contemplé el esplendor nocturno de una ciudad desconocida. Me fumé un cigarro que saqué de una cajetilla comprada en algún lugar de Oaxaca donde estacionó el autobús. Acabé con las diminutas botellas del minibar. Borracho tomé la guía telefónica y disfruté no encontrar ningún nombre conocido en sus dos mil quinientas páginas. Regresé dos días después sin decir dónde había estado. Pero esta noche no habrá México para mí. Sólo caminos oscuros como este, que recorro sólo, en el auto. Quiero ver de lejos las calles. Sentir la nostalgia de las esquinas. La ausencia de olor dulce de la ciudad, que más que urbe, es una guarida de sicarios. Huir de la ficción que es Guatemala. Que no es. Que no será. Que nunca fue, una ciudad para nosotros. Demasiadas posibilidades de morir sin dejarte más herencia que el recuerdo de este tu amante entregado. Demasiados días en los que estás centrada en ser tú, y calcular las consecuencias fácticas de serlo, mientras que yo tiendo a la ausencia, a dejarme a mi suerte, mientras intento descifrar esa idea que nos haga felices. A divagar. Cualquier cosa con tal de no pensar en el cepillo de dientes que sobra en mi baño. Todos los caminos conducen a tí, lo sabes. Aunque al final no seas más que una sombra inasible, como todo objeto deseado.
Comentarios
Si no aceptas será ,mejor que restituyas el cuadro macabro, broma macabra, que tenías antes. Un atento y cariñoso saludo.
Saludos, amigo.
24 de febrero de 2008 11:57
Todos caminamos hacia la nada.A quien no le ha sobrado un cepillo en su baño.Quien no se ha dado la vuelta al caminar por la calle ante un olor. Besos
anamorgana
salu2
Siempre he pensado que cuando esa línea aplique a algún viaje que haga, voy a morir.
Amo la ciudad de noche, ¿cómo es Guatemala?, ¿siempre tan distinta en cada esquina cuando la luz natural no la toca?, Lo mismo pasa aca.
Te mando un abrazo al ritmo de Nina Simone.
Elisa me ha hablado de que deseas unirte a nosotras.
Estamos estudiando el caso aunque si ella dice que tienes posibilidads la respuesta es casi que sí.
El protocolo durasiano es muy riguroso.Poco a poco te lo iremos dando a conocer , al mismo tiempo que se lo estamos dadndo a conocer a nuestras jóvenes colabordoras.
Debes por lo tanto linkear este blog o mandarnos un mel para que lo hagamos nosotras.
un abrazo. Nos alegramos de tu decisión. ¡Bienvenido!
saludos y un abrazo
Olvidamos que vayamos donde sea, el cepillo de dientes seguirá estando ahí, sobrando hasta que su dueño regrese o decidamos tirarlo definitivamente para poner uno nuevo.
Me gusta leerte.
Un beso
Abrazo enorme.
Uno de nuestros mejores colaboradores también desea añadirte al suyo para trabajar con los cuatro blogs juntos. Necesitamos comunicarle tu aprobación como hiciste con nosotras, se llama Lucrelio y espero que pronto seáis excelentes colaboradores y amigos en el pryecto durasiano. ¡Bienvenido!
un cariñoso saludo.
Que te puedo decir Julio, vos siempre me cavilando.
Seguis teniendo a Magritte, gracias!
Cuántos kilómetros vacíos habré hecho yo en las mismas circunstancias.
Un abrazo cargado de admiración, como no podía ser de otra manera, tras haber leído tu texto.
Por otra parte, por esas calles me dejaron un apunte de César Vallejo en la imagen que te robé, yo no tenía ni idea, me parece muy curioso.
He manejado muchas veces así, cuando ando triste me gusta mucho más hacerlo por que me permite concentrarme, meditar, enfocarme, no sé, algo asi como cuando cantas en la ducha. Algún otro diría que es pura evidencia de la gana de huir que tenes de una circunstancia particular o una persona....
abrazos July, después de éste, sí me ofrezco como tu editora jejeje.
saty : 9
toca la Lira,
construye , haz una Lira,
que nuestra Niña estÁ triiiste, prado, mi buen amigo....haz una Lira ...o haz lo que qierAs , pero dAte prisA, poR DiOs!
Me gustó tu reflexión.
Un abrazo!!!
y como te va cn la resaca??
:)
saludos prado
Adiós. (hasta otro día)
es!
es!
anamorgana
Me quito entonces el sombrero ante tu falta de miedo en exponerla, sin apologias.
Con tu permiso voy a seguir por aqui, leyendo tus escritos anteriores.
Gracias
Cinzia
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