Conozco todo el mal.

Der Himmel über Berlin. Wim Wenders. 1987


Hay un ángel oscuro y perverso parado sobre el Obelisco esperando la hora en la que deba soltar su rabia.
Mira las filas de autos pasar como el cuerpo articulado de una serpiente metálica.
Recibimos la noticia de nuestra derrota.
Somos incapaces de contener la embestida de los perros que salen de los barrancos a propagar la rabia dulce.
Ya no gastaremos en balas.
Cortaremos el suministro de medicamentos en los hospitales para acabar con el pobre.
El fin del pobre es el fin de la pobreza.
Apilamos montañas de cadáveres para meterlos en un pozo de brea y de ellos obtendremos petróleo.
Prenderemos los pozos en la noche para tener soles de fuego naciendo de la tierra.
Sembramos soles, míranos, sembrando estrellas.
El ángel oscuro extiende sus alas.
Debajo de ellas esconde a sus hijos: niños sosteniendo Uzis.
Niños matando mujeres por la espalda.
Niños con ojos de pólvora.
Conozco todo el mal porque vi la sombra más oscura de mi corazón de frente al sol.
Conozco todo el mal pero aún me sorprende.

Comentarios

Ana González Ewens ha dicho que…
Crudo. Como la carne pegada al hueso.

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