Legado
Abandonar una casa como se deja una esposa, en plena madrugada.
Moverse lento, como camión paseando condenados a muerte.
Mirar las sombras de mis pasos mientras un avión sobrevuela.
La luz abandona los ojos, las turbinas se silencian con la distancia.
Sólo me quedan los rótulos de neón y las farmacias.
Recordar que entre las sábanas permanece viva una media rota.
Los tacones.
Los cigarros.
Las manos tibias y la cadera levantada.
Una botella de güisqui.
Ocho dígitos en un papel lleno de lipstick.
La mañana empieza oliendo a día fallecido.
El viento frío me obliga a meter las manos entre los bolsillos.
Adentro: un teléfono y unas llaves que no abren ninguna casa.
Recuerdo a mi hijo.
No he podido heredarle más que esto, que es todo.
Una ciudad, un nombre.
Esa mujer que quise.
Y el lado derecho de una cama.
Comentarios
Muy lindas imágenes.
Reverencia su humildad.
(FOTO: Bonito cielo en el que andaba!!)
Me parece, Prosódica. Efectivamente me dedico a cuidar lo que tengo, que es mucho. Saludos.
Claro David, eso es lo que intento, pa devolverle todo el amor que él me da. Un abrazo.
Veo que estás adonde te vi por última vez...
Cariños para vos,
Ceci
PD. Un placer leerte, como siempre.
saludos